La implementación de sus instrumentos permite, al terapeuta del lenguaje:
• Conocer el nivel mínimo del desarrollo lingüístico pragmático en edades tempranas, a partir de siete actos de habla básicos con sus componentes prelingüísticos, paralingüísticos, lingüísticos y la coherencia no verbal y verbal en una situación comunicativa.
• Analizar, en el marco de la evaluación neurolingüística, los déficit pragmáticos de los niños con diferentes compromisos del lenguaje para discriminar, en edades tempranas, si las fallas identificadas responden a un retraso, a una desorganización, a una alteración pragmática (Abraham-Brenca 2013, 2016) o, por el contario, si estas fallas se deben a un compromiso de otros aspectos del lenguaje y/o de otras funciones cognitivas.
• Contar con instrumentos validados para evaluar el aspecto pragmático del lenguaje.
• Determinar grados de severidad de dificultad pragmática (leve, moderado y severo).
- Aportar un análisis sistemático, cuanti y cualitativo, de las variables pragmáticas que contribuyan para el diagnóstico diferencial temprano en niños que presentan compromisos del lenguaje.
- Determinar los objetivos pragmáticos del plan de tratamiento sustentado en los criterios de progresión y sistematización.
- Acceder a información relacionada con la percepción que tiene cada padre sobre la competencia comunicativa de su hijo, y sobre este desempeño dentro de rutinas diarias.
- Profundizar, mediante su aplicación, los conceptos teóricos de la lingüística pragmática y afianzar, aún más, el valioso concepto del acto de habla y sus tres fuerzas (ilocutiva, locutiva y perlocutiva) en la práctica clínica fonoaudiológica.
- Contar con recursos específicos que le permitan optimizar el trabajo propio de su disciplina y, desde ahí, contribuir a la valiosa tarea interdisciplinaria.