La batería ICRA-A fue diseñada para evaluar, de modo sistemático y con un criterio de progresión, la competencia pragmática infantil a edades tempranas.
Se centra en el concepto de acto de habla proveniente de la lingüística pragmática y de la filosofía del lenguaje (Austin, 1962; Searle, 1969).
Evalúa el aspecto pragmático del lenguaje en el marco de una evaluación fonoaudiológica neurolingüística. Por esta especificidad, los aspectos fonológicos, léxico-semánticos y morfosintácticos requieren ser evaluados con los tests correspondientes.
La batería ICRA-A fue sometida al proceso de validación, pudiéndose establecer valores de sensibilidad, especificidad, valores predictivos, de riesgo y también percentiles para la población control. A partir de valores de corte se pudo establecer el nivel mínimo del desarrollo lingüístico pragmático, no verbal y verbal, esperable a los 2 años y medio. Dentro del Método ICRA, esto implica la competencia básica para interactuar de modo efectivo ( circuito mínimo de comunicación).